CELIA CRUZ. El Azúcar de la Música

 CELIA CRUZ

(1925 - 2003)


Celia Cruz, "la Reina de la Salsa", nació como Úrsula Hilaria Celia de la Caridad Cruz Alfonso de la Santísima Trinidad en La Habana, Cuba. A través de sus aproximadamente setenta y cinco álbumes, siempre en su español nativo, se estableció como la madrina de la música afrolatina. Conocida por su voz retumbante, sus coloridos trajes de escenario, su gran sonrisa y su voluntad creativa de desarrollar su sonido, creció hasta convertirse en un símbolo querido y apreciado del orgullo latino en toda la diáspora.

Cuando Celia era niña, su padre quería que se convirtiera en maestra, por lo que asistió a la Escuela Normal de Maestros de La Habana. Sin embargo, pronto abandonó los estudios. Aunque solo era una adolescente, sus actuaciones en vivo y en la radio ya estaban ganando una amplia atención. En un esfuerzo por combinar los sueños de su padre para ella y su propia pasión, se inscribió en el Conservatorio Nacional de Música de La Habana, estudiando canto, teoría y piano. Su tiempo allí tampoco fue largo. Uno de los profesores de Cruz le dijo que debía dedicarse a una carrera de canto a tiempo completo. Ella siguió ese consejo.

Al principio de su carrera, era conocida por  la guaracha, el género musical cubano definido por tempos rápidos y letras divertidas e ilustrativas. Fue durante este período, a finales de la década de 1940 y en la década de 1950, que comenzó a exclamar "¡iAzúcar!" ("¡Azúcar!") como un grito de guerra durante sus actuaciones, una firma estilística si se quiere. Esa palabra, con su connotación de plantaciones de azúcar, era una especie de saludo a los ancestrales africanos esclavizados cuya cultura había dado forma a la música que ella creció escuchando en su vecindario de clase trabajadora, una historia que continúa influyendo en la cultura cubana de hoy.

Cruz cantaba con el conjunto La Sonora Matancera cuando, en 1960, renunciaron públicamente a Fidel Castro y su agenda socialista mientras estaban de gira por México. El costo de esa transparencia fue severo: la banda fue exiliada de Cuba. Como resultado, Cruz y su compañero de banda Pedro Knight se mudaron a los Estados Unidos.

En Nueva York, Cruz se convirtió en una parte influyente de la escena de la salsa, grabando en solitario y en colaboraciones con músicos que incluían a Tito Puente y Willie Colón. Cuando murió en 2003 de cáncer cerebral, a su funeral asistieron miles de personas. Su mausoleo en el cementerio Woodlawn en el Bronx es visitado a menudo por fanáticos. La consideran una voz para el pueblo. Eso no es poca cosa si se tiene en cuenta la industria dominada por los hombres en la que Cruz fue aclamada. Fue galardonada con la Medalla Nacional de las Artes en 1994 y un Grammy póstumo a la Trayectoria.

A pesar de los premios y la aclamación, se sentía responsable del deseo de su padre de que se convirtiera en maestra. En una entrevista de 1997, dijo: "He cumplido el deseo de mi padre de ser maestra ya que, a través de mi música, enseño a generaciones de personas sobre mi cultura y la felicidad que se encuentra en vivir la vida. Como intérprete, quiero que la gente sienta que su corazón canta y su espíritu se eleva"


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