Salmo 4 Para un sueño apacible. Oración vespertina

 Salmo 4

Para un sueño apacible. Oración vespertina


Salmo 4

Para un sueño apacible. Oración vespertina

1∗Al maestro de música. Para instrumentos de cuerda. Salmo de David. 

2Cuando te invoque, óyeme ¡oh Dios de mi justicia! Tú, que en la tribulación me levantaste, ten misericordia de mí, y acoge mi súplica. 

3∗ Hijos de hombres ¿hasta cuándo seréis insensatos? ¿Por qué amáis la vanidad y buscáis lo que es mentira? 

4∗ Sabed que Yahvé favorece maravillosamente al santo suyo; cuando le invoca, Yahvé me oye. 

5∗ Temblad, y no queráis pecar; dentro de vuestros corazones, en vuestros lechos, recapacitad y enmudeced.

6∗ Ofreced sacrificios de justicia, y esperad en Yahvé. 

7∗ Muchos dicen: “¿Quién nos mostrará los bienes?” Alza Tú sobre nosotros la luz de tu rostro, oh Yahvé. 

8∗ Tú has puesto en mi corazón mayor alegría que cuando abunda trigo y vino. 

9∗ Apenas me acuesto, me duermo en paz, porque Tú me das seguridad, oh Yahvé.

NOTAS:

∗ 1. Todo el Salmo respira paz y confianza en Dios, por ello la Iglesia lo incorporó al Oficio de Completas que se reza todas las noches. El título en la Vulgata dice “Para el fin” y según San Jerónimo: “al vencedor”. 

∗ 3. Hijos de hombres: designa en el lenguaje de la Sagrada Escritura frecuentemente a los ricos y poderosos; aquí a los rebeldes que se han levantado contra David.

∗ 4. Al santo suyo: o sea su fiel David. Nótese el amor con que el santo rey atribuye todos los méritos a Dios. Figura en esto a Jesucristo, que todo lo atribuye al Padre (cf. Juan 3, 16; 6, 32; 11, 42; 12, 49-50; 14, 13; 15, 8; 17, 1 ss. etc.) Por eso se dice que Dios es admirable en sus santos (Salmo 67, 36), pues nada pudieron tener éstos que no lo recibieran de Él. Cf. Salmo 20, 6 y nota. “De donde clarísimamente se debe creer que aquella tan grande y admirable fe del ladrón a quien Dios llamó a la patria del paraíso (Lucas 23, 43), del centurión Cornelio, a quien fue enviado el ángel del Señor (Hechos 10, 3), y de Zaqueo, que llegó a recibir al mismo Señor (Lucas 19, 6), no fue don de la naturaleza sino de la generosidad de Dios” (Denz. 200). 

∗ 5. Temblad: la Vulgata dice: Airaos, y San Pablo (Efesios 4, 26) coincide con ella al citar este versículo según los LXX. Este otro sentido queda también confirmado como bueno por la autoridad del Apóstol. 

∗ 6. Sacrificios de justicia, o sea, de obediencia a la Ley de Dios, superiores a los de iniciativa propia (cf. Eclesiástico 35, 1; I Reyes 15, 22; Proverbios 21, 3; Oseas 6, 6, citado en Mateo 9, 13; Zacarías. capítulo 7, etc.). 

∗ 7. Los bienes: es decir, los días felices. La luz de tu rostro: el favor, el auxilio de Dios. ∗ 8. En la Vulgata se refiere este versículo a los enemigos bien abastecidos; en el hebreo, a David mismo. 

∗ 9. Apenas me acuesto: ¡Qué remedio contra los insomnios que suelen venir del corazón inquieto! Cf. Salmo 62, 7 y nota.

Tomado de la Biblia de Straubinger



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