Santo Tomás Moro y la Santa Misa
Santo Tomas Moro
1478 1535
Constantino El Grande solía asistir a misa cada mañana, y cuando entró en la batalla, llevó con él un altar portátil, para ofrecer el sacrificio cada día en medio del tumulto de la guerra y el choque de armas. Viviendo de esta manera, obtuvo numerosas victorias.
El Emperador Lothaire satisfizo su piedad al asistir no solo a una sino a tres Misas, en tiempos de paz y guerra por igual. El piadoso rey de Inglaterra, Enrique III, que hizo lo mismo, fue recompensado por Dios con un reinado de cincuenta y seis años. San Luis IX, rey de Francia, estaba acostumbrado a asistir a varias misas cada día. San Wenceslao, rey de Bohemia también solía escuchar varias misas todos los días, y a menudo las servía para la gran edificación de todos. Su veneración por el Santo Sacrificio fue tan grande que él, él mismo, sembró el grano y prensó las uvas que se usaron para proporcionar la misa y el vino para la Misa. Para este fin, había reservado un campo especial y un viñedo que cultivaba con gran esplendor Humildad y diligencia.
El gran Santo Tomás Moro, que era Alto Canciller del Reino de Inglaterra, y tan acusado de grandes asuntos, todavía encontraba tiempo para asistir a misa todos los días. Un día, durante la misa, llegaron 2 mensajes del rey, solicitando su presencia. Con humilde respeto y coraje cristiano, envió un mensaje pidiéndole al Rey que se complaciera en esperar hasta que terminara la misa.
Cf. P. L. Chiavarino The Greatest Treasure
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