Nuestra Señora del Buen Consejo



En el Siglo XV, un cuadro de la Virgen María, literalmente aterrizó en un pueblo cercano a Roma, llamado Genazzano. Sí, la historia cuenta que una viuda de aquella ciudad, llamada Petruccia, dedicaba su vida a la oración en medio de un templo semidestruido, y ella pedía insistentemente sea reconstruido. Donó todas sus posesiones para conseguir este fin, pero el monto no alcanzó para culminar su empresa.


Un día, en una de las fiestas de la ciudad, apareció una pequeña nube en el cielo, que se movía con las luces que emitía, y muy lentamente se posó sobre el templo en construcción y quedó allí suspendida, y poco a poco la nube se desvaneció para dejar ver un cuadro muy hermoso de la Virgen María. Con este acontecimiento, los habitantes de aquel pueblo iniciaron la reconstrucción del templo hasta terminarlo.


Pero todo el pueblo y la misma Petruccia de Nocera no comprendían que sucedió. Es que la historia no termina ahí. Al poco tiempo de la aparición del cuadro, asomaron por el pueblo dos extranjeros, que luego se supo eran albaneses, que huían de la invasión turca a su país, venían de la ciudad de Scútari, que era el último bastión de la cristiandad en Albania, pero que al final, también había caído.


Giorgio y De Sclavis, los dos albaneses, llegaron con su propia versión de los hechos. Allá en su ciudad, había un templo dedicado a la Madre de Dios, en el cual se veneraba un cuadro que había llegado de oriente, sí, desde las nubes y se posó y se quedó allí por varios siglos, pero ahora, respondiendo a sus oraciones, les dio instrucciones específicas. Deberían seguirla, ya que se iría a otro país, a otro pueblo, a fin de salvaguardar la integridad del cuadro y que se pueda continuar con la veneración. Es así que estos dos albaneses llegaron a Roma y posteriormente a Genazzano, en donde se quedaron por el resto de su vida.


De estas historias hay muchas y muy variadas, así como variadas son sus interpretaciones. Surgen preguntas que se quedan sin responder pero que nos ayudan a avanzar en nuestra constante búsqueda de la verdad.


Saludos

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