Anécdota sobre Juan Pablo II y el comunismo
Sermón dado por el Padre James Flint OSB con motivo del memorial de san Juan Pablo II, 10/22/2018
Por feliz accidente, yo estaba en Roma para la posesión del papa Juan Pablo II en 1978. Junto con muchos otros, me preguntaba por qué la ceremonia siguió, y siguió, y siguió. Hace sólo una década he aprendido la razón. Los gobernantes comunistas de Polonia, aturdidos y confundidos por la elección de su compatriota como Papa, habían dado su consentimiento para transmitir el evento durante cuatro horas. Ellos se dieron cuenta, a juzgar por la ocasión comparable justo antes, con la posesión del papa Juan Pablo I, que la ceremonia no iba a durar tanto como cuatro horas, y por lo tanto los comentaristas del régimen podrían llenar el tiempo restante con la interpretación oficial marxista de la celebración supersticiosa y su escasa importancia.
Juan Pablo II supo interpretar la estratagema del gobierno comunista, así que le dio instrucciones al maestro papal de ceremonias para que, independientemente de lo que hiciera, la ceremonia de instalación debería durar cuatro horas completas; y lo logró. Por lo tanto, el mundo vio lo que parecía una procesión interminable de cardenales hacia el trono papal. Y el mundo vio al papa tomar su tiempo con todos y en cada abrazo. Y la ceremonia duró cuatro horas completas, y en consecuencia, lo último que vieron los espectadores en Polonia fue a
No todos los líderes de la Iglesia que confrontan a los enemigos declarados del Evangelio serán tan hábiles o, en última instancia, tan exitosos como lo fue San Juan Pablo II, que tenía el don de un actor para el gesto correcto en el momento adecuado. Pero a lo que todo líder debe aspirar, a lo que todo seguidor de Cristo debe aspirar, es la integridad que da testimonio de la bondad del mensaje del Evangelio y de la confianza de un bien así, fielmente atestiguado, que nunca dejará de encontrar oyentes y hará nuevos discípulos.
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